Revolución Tecnológica

Por: Oscar Toledo Esteva.       Junio de 1997.


Julio de 1974, G1 ya contaba con sistema de video.
En julio de 1974, cuando los aficionados empezaban a experimentar con microprocesadores usando teclas y LED's; con imaginación y creatividad, la Familia Toledo ya había construido su primera computadora histórica con sistema de video de 64 columnas por 16 líneas de texto.

Nosotros somos la revolución tecnológica, entre los revolucionarios hay tres clases de personas: los que constituyen la revolución, los que la han hecho con las armas y los que la explotan, somos de la primera categoría, porque nuestra ideología es la ideología de la revolución, en un país con una oligarquía desarraigada, sin ciencia ni tecnología y una crisis de valores que tanto cultivan los gobiernos totalitarios. Desafiando riesgos en 30 años mi familia y yo creamos con precisión once generaciones de computadoras, desde la más sencilla para la autoenseñanza, hasta estaciones de trabajo con microprocesadores en paralelo, para uso científico, y con la tecnología más sofisticada de este planeta. Y a pesar que necesitamos infraestructura para la investigación y desarrollo, nunca le hemos pedido ayuda al gobierno mexicano. Seguimos innovando circuiterías y los procedimientos interfaz-sistema para periféricos, edificando las bases científicas para crear programas que construyen otros, más complejos.

En el quehacer científico más dinámico e innovativo de las ciencias exactas, continuamos incesantemente una labor impulsada por nuevos conocimientos, unidos con los cerebros más destacados de la tierra, con las informaciones, equipos y componentes de vanguardia, para un trabajo avanzado que en pocas semanas queda rebasado.

Impulsado por la inquietud de enseñar y ayudar a nuestros compatriotas, impartimos cursos desde 1988, donde cada persona fabrica su propia computadora de adiestramiento —fruto de nuestros diseños—, con esta aprenden con diferentes especialidades los algoritmos más llamativos de las ciencias computacionales, para enseñarlos a pensar, permitir la capacidad de asombro, el cuestionamiento y el análisis de la realidad que nos circunda, con la mejor enseñanza de electrónica digital, sin olvidar nunca, que es la energía, la fuerza, y el trabajo creativo, donde tienen la oportunidad de trabajar con las manos proyectos que aumentarán su capacidad de observación. Donde las personas no pierden tiempo en cuatro paredes de un instituto pasivo, y con una lógica tecnológica que les servirá en cualquier trabajo, para una mejor toma de decisiones, en este mundo incierto de liberalismo trasnochado, con políticos timoratos incapaces de cumplir las aspiraciones de nuestros héroes. Que quede bien claro, mientras el grupo dirigente y el liderazgo político sean un obstáculo, que sólo buscan privatizar, simular cambios o rematar lo que tanto costó a los mexicanos, y no promuevan un proyecto de nación en el contexto de la era digital e interdependencias, no podrán desarrollar un país con una política científica y tecnológica.

Por conservar la unidad nacional, el gobierno en crisis se ha confundido con la uniformidad y ha condenado al país a que se entronice en la mediocridad, en una desigualdad acentuada donde las personas no son educadas, sino masificadas, amorfas, sin criterio ni ideales.

El alma de todo cambio profundo, existe en la posibilidad de la persona y de los grupos sociales de sentirse y ser realmente dueños de su destino. Y para que este movimiento social pueda triunfar, se necesita el nacimiento de una nueva ideología, de un nuevo punto de vista, de una nueva sensibilidad vital, además de una nueva generación, y esa generación somos nosotros, porque no creemos en la sabiduría oficial sino en la del esfuerzo diario; porque preferimos la instrucción a las obras públicas, porque queremos revalorar todo, renovar todo, y por eso afirmamos que nosotros somos la revolución tecnológica.

 

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