Comunicar la Ciencia

Por: Oscar Toledo Esteva.       Septiembre de 1996.


Alumnos de 1988, histórico primer curso fase I
La historia es un accidente en el que podemos participar, como sucedió en nuestro primer curso fase I 1988, esto marcó abrir las puertas del departamento de investigación de la familia Toledo, para brindar una nueva enseñanza innovativa a la comunidad.

El lenguaje científico esta relacionado con una amplia plataforma multiforme, debido a sus ramas y sus diferentes dominios, como pueden ser las matemáticas, las computadoras, la electrónica, la física, etc. Aquí el concepto de un símbolo o de un signo puede resultar extraño o distinto con la misma expresión en la física o la biología, la variación de la lectura es diferente de una ciencia a otra, así, cada rama de la ciencia tiene su propio lenguaje.

Transmitir el trabajo científico y sus buenas consecuencias a las personas debe ser labor de los medios y el gobierno para ascender a otro nivel el conocimiento de la población, ya que el principal deber periodístico es el servicio a la sociedad, mientras la función del gobierno, es ser el inversor y gestor para el desarrollo deseado, o mejor aún, para librarse de la subordinación y la dependencia tecnológica.

En un país sin ciencia esto no ocurre siempre, y los pocos científicos tenemos que seguir el trabajo con nuestros propios recursos, ahora, al querer comunicar el trabajo científico, necesito un lenguaje puente para que las personas lo comprendan, pero siempre fiel a la exactitud científica y al mismo tiempo a un lenguaje común para el profano. Mi quehacer es sobre las ciencias computacionales, sin ser una obsesión, es un pasatiempo que ocupa constantemente mi atención y mi pensamiento. Mi idioma nativo es el zapoteco, y ahora tengo la necesidad de ser un divulgador de mi propio trabajo en un idioma extraño para mí, como es el castellano. Se supone que mi información no debe tener interferencias para comunicarme con las personas, ya que este trabajo exige además, un conocimiento lingüístico y si es posible, también una habilidad estilística, debido a esto, dar esta clase de información es lo más difícil de la profesión periodística. Más aún, por la dinámica y la especialización del lenguaje científico, y los incesantes adelantos científicos y tecnológicos, que lo hace comprensible solo para los expertos, e irreal para la mayoría de las personas.

Afortunadamente, la misma ciencia ha permitido la facilidad para la divulgación de la ciencia entre los científicos y los profanos, a pesar de esto, el lenguaje de las ciencias crea un abismo entre los dos grupos de personas, y solo la enseñanza especializada será el único puente sobre este abismo. La apresurada marcha de la ciencia que no permite pausas, crea nuevos vocablos o neologismos, ademas de un cúmulo de traducciones en los idiomas inglés, alemán, francés, etc., que el científico no puede esperar a que sea traducido a su propio idioma, y para ahorrar tiempo, conocer nuevos métodos, procesos y resultados de otro científico que escribe sus obras, tratados e informes en un idioma distinto, es necesario, ahora, ser un lector en por lo menos tres idiomas.

Se entiende, el por qué, el científico no puede ser un políglota y si forzosamente un lector de idiomas foráneos, tampoco puede ser especialista en toda la gama científica, sólo en los países subdesarrollados que no ven a la ciencia como un conjunto multidisciplinario existe el título de «Maestro en Ciencias».

 

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