Los Robots Heredarán la Tierra

Por: Oscar Toledo Esteva. 2 de noviembre del 2001

Para la revista argentina Fase Superfanzine.


Con la computadora G4 conquistamos el video a color, la palanca de juegos y el sonido con tres voces. (1985-1988)
La primera computadora con video y color fue la G4 (1985-1988), incluía palanca de juegos y sonido con tres voces, esta máquina apoyó a los periféricos de prueba para la enseñanza de la primera generación de alumnos del curso fase I en 1988.

Por medio de sensores, trasductores, servomecanismos y software, ahora los robots evaden barreras, juegan fútbol, brazos robóticos que arman automóviles o computadoras, hasta robots que vuelan o robots satélites instalados en el espacio exterior, todos guardan en sus entrañas conjuntos de algoritmos hechos por el hombre que son cada vez más complejos, estos algoritmos aún no pueden desarrollarse por selección natural, faltaría desarrollar una conciencia de autogobierno para poder multiplicarse, las ciencias necesarias para ponerla en práctica se encuentran ya en gestación, de ahí el peligro verdadero de que puedan desarrollar inteligencia y autoreproducirse para finalmente inundar el mundo.

Una inteligencia comparable con la humana ya no será imposible en los pasos finales de esta evolución, ya no importarán para entonces los dilemas morales vigentes, hoy pueden llamar a la inteligencia de las máquinas binarias como quieran, pero es inteligencia, el rechazo de una sociedad temerosa por la inteligencia artificial es el mismo rechazo hacia el quehacer científico en general.

Esa motivación por el avance científico que atrapó a los escritores de ciencia ficción a finales del siglo XIX, está siendo substituida por un miedo producto de la ignorancia y por la escalada de censura del pensamiento científico.

El miedo personal que apuntala al egoísmo, excluye la función estática del estado y solo beneficia a las empresas mercantiles, a las cuales les aterran las ideologías que prometen como virtud la inteligencia y la unión de la raza humana, enfocan «su preocupación de gente» para culpar a la ciencia y sus robots con cerebro de silicio, con sus críticos mediáticos que incapaces de ofrecer una ecuación matemática elemental, como modernos ludditas se lanzan a emitir juicios erróneos en el pensamiento popular para que observen un escenario nacido de mitos, donde la ciencia es vista como la culpable de la contaminación ambiental y el desarrollo de las armas, a pesar de que las decisiones para producirlas son de naturaleza política, y no científica, una de las causas es la ambición por las ganancias de cero riesgo y no por el progreso científico, los jóvenes son particularmente vulnerables a esto, en la práctica evitan los departamentos científicos de sus universidades, a pesar de que los estudios y la lógica a nuestra disposición nos indican que mediante la nanotecnología prolongaremos nuestras vidas y perfeccionaremos nuestras mentes, afrontaremos primero la cura para nuestros genes hereditarios defectuosos, seguiremos después, para resolver el problema del «desgaste» natural del cuerpo, una librería digital del ADN nos explicará los pormenores de cada tipo de células que han de estar localizadas en cada lugar del cuerpo humano, es fácil ilustrarlo en nuestra computadora de undécima generación, su librería de datos podría comprobarse y actualizarse periódicamente, de repente, la vida misma se volvió digital. Las substituciones de órganos por repuestos artificiales en el cuerpo son ya cosa de rutina y la evolución de la biónica investiga como transplantar o reemplazar todas las piezas vitales.

Las críticas políticamente correctas olvidan que el progreso en la lucha contra la contaminación viene en mayor parte de los científicos, y que la ciencia creó los medios para monitorear los acuerdos internacionales de control de los armamentos, es hora de considerar que aspecto positivo podría ofrecer este mundo nuevo y no tomar en cuenta malas decisiones tempraneras, y que lo principal a considerar no sea solo la cuestión de los derechos legales de un «ente» con inteligencia artificial.

Quitemos las barreras para el avance de la ciencia, como los impedimientos legales y la indiferencia por falta de ética, y apoyemos más a la ciencia, que es finalmente apoyar la vida. Debemos buscar las condiciones que permitan nutrir la investigación científica y restituir su posición central en la cultura de nuestra sociedad, de no hacerlo en la actual condición, serán los robots y no las cucarachas los que hereden la tierra.

 

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