Un Paso al Futuro

Por: Oscar Toledo Esteva.       Junio de 1998.


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Computadora silenciosa G6 con conector para video VGA, disco de silicio con capacidad para 128 megabytes, conector para impresora, acceso a Internet, lector de código de barras, conectores para mouse, GPS, voltímetro y experimentos. Imaginese las posibilidades en 500 gramos de soluciones.

Durante la temporada de las cosechas del maíz, calabaza, sandía, melón y el ajonjolí en la región del istmo de Oaxaca, en una época de autosuficiencia alimentaria de México, siendo un niño de 10 años que con menudos pasos iba tras una carreta de una yunta de bueyes, cargada con redes repletas de mazorcas de maíz maduro, al frente desde lo alto de la pila de redes, mi padre no podía evitar el balanceo de la carreta al guiar con la puya los bueyes mansos, el camino se asemejaba a dos senderos de arrieros o camaroneros, solo separados en trechos por hierbas y otras veces por lomas de barro, a la izquierda de este camino y a la usanza del campesino zapoteca iba vestido con la camisa llamada «chompa» y el sombrero de mi padre, viendo las nubes, soñando con mis posibilidades, mientras el sol de esa tarde proyectaba mi enorme sombra en los llanos de los nanchales.

Hoy me encuentro rodeado de transductores, algunos de ellos analizan el corazón humano, para el tratamiento de la patología cardiaca, las pequeñas magnitudes eléctricas del corazón son filtradas en una circuitería analógica a conversión digital para ser procesadas, cuantificadas y visualizadas velozmente en una moderna computadora de dimensiones reducidas, equipada con un sistema operativo con múltiples ventanas para diferentes tareas, que son presentadas al operador humano en forma amigable y sus mensajes para todas las órdenes aparecen en perfecto castellano, al terminar el análisis electrocardiográfico se obtiene una copia graficada en una impresora, mientras se establece un contacto telefónico con la oficina de esta revista para enviar por fax con tipos de letra agradables el presente artículo, después, ensayo otra prueba para una nueva estrategia con el ajedrez Familia Toledo y al mismo tiempo enterarme de las últimas noticias, por un canal de televisión que aparece en la G11, con sonido en estéreo e imagenes digitales a color en tiempo real, más tarde selecciono las últimas informaciones técnicas recibidas para trasladarlas en la base de datos para futuros proyectos, se revisan los archivos de nuevos CD-ROM y disfrutamos sus animaciones, finalmente con un programa de diseño asistido por computadora (DAC), actualizamos el dibujo de los diagramas y el circuito impreso de otra nueva creación.

Hasta aquí algunas tareas para la ciencia, la oficina, la educación y las artes que ejecuta una de mis últimas computadoras, diseñada en mi departamento de investigación científica con nuestros propios recursos, igual que nuestros paquetes de software, que deja a muchos años luz la primera que diseñé en la década de 1970, ahora las personas interesadas vienen a echarle un vistazo para obtener las respuestas a sus preguntas, quizá algún día, ellos se unan para adquirir esta tecnología que convierte en reliquias muchas máquinas PC que tanto anuncian los medios del país, entonces, juntos daremos otro paso al futuro, de lo contrario pueden ignorar estos hechos y aplazar su futuro, por no tener una herramienta personalizada y estratégica. Dí el gran salto en un tiempo incierto hacia la ciencia y la tecnología digital, ¿quién dice que los sueños de la infancia no se convierten en realidad?, muchos años han pasado desde ese día, en que aquel niño caminaba tras una carreta de madera.

En estos tiempos de incertidumbre con una sociedad fracturada por la crisis, y donde pocas personas conocen alguna motivación altruista, que bueno que no perdí la pista del sentido de la vida, puesto que me fue posible moderar mi imaginación, no dejé pasar las cuatro estaciones del año sin sentirlas, pude sofocar mis deseos y procuré que mi alma fuera dueña de mí, para aprender a cuidar mis alegrías hasta el nivel más quieto de la necesidad cotidiana.

 

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